Leonarda Mosua NocoBOLIVIA__________________ |
Nací en las riberas del río Mamoré, en la comunidad o rancho que así lo llamamos, “Corazón de Jesús el 16 de noviembre de 1969, de una familia humilde perteneciente a la etnia moxeña trinitaria, mis padres son Máximo Mosua Noza, madre Felipa Noco Semo; a la edad de 6 años nos trasladamos toda la familia a la ciudad de Trinidad por motivo de una gran inundación que arraso con todos nuestros pocos bienes, en esta ciudad vivíamos en casa de amigos por la falta de recursos económicos para pagar alquiler, luego nos fuimos a vivir a un barrio asentado sobre terrenos que la Alcaldía había donado para los indígenas.
Mi padre fue Cacique del cabildo Indígenal, mi madre también participó en los clubes de madres. Nuestra familia es numerosa somos 9 hermanos, 4 hombres y 5 mujeres, yo son la tercera hija dentro del matrimonio.
Entre a la escuela en la Ciudad de Trinidad, desde muy pequeña me gustó participar en los actos cívicos de la escuela interpretando canciones folklóricas, el ciclo intermedio y medio lo realice en diferentes colegios de la ciudad, cursando en el colegio participe del festival intercolegial “descubriendo una estrella”, debo también mencionar que fui presidente de mi curso en el ciclo medio En el barrio donde vivía participaba del club juvenil “semilla nueva” de seminaristas y cumplía funciones de catequista de niños de la parroquia. A la edad de 21 años me case y de este matrimonio tengo dos niñas.
En mi barrio “Cabildo Indigenal” las señoras se organizaron en un club de madres que realizaban trabajos artesanales (tejido de hamacas, cerámica pintura y otros) para ayudar a sus familias, de esta organización y en diversas reuniones en las que participe surgió la idea de formar la Organización de Mujeres indígenas de Trinidad (OMIT). donde participábamos casi todas las mujeres del barrio de esta forma al concretarse la organización fui elegida para formar parte del directorio como responsable de la cartera de economía, la posesión del directorio se realizo en una cuarta reunión consultiva de los pueblos indígenas de Trinidad. Desde el inicio desarrollamos actividades propias de las mujeres y en apoyo al fortalecimiento y rescate de nuestra cultura (artesanías), las señoras que conservaban mejor estos conocimientos enseñaban a los jóvenes y personas que querían aprender en los tiempos libres.
Gracias a mi esfuerzo y empeño, como miembro de la OMIT en el mismo año en el magno Congreso Departamental de La Central de Mujeres Indígenas del Beni (CMIB) como representante titular de la OMIT participe en este congreso, donde me eligieron como secretaria de economía de la Central. Así fue como me fui integrando más al movimiento indígena saliendo a cumplir las actividades propias de la Organización como es el fortalecimiento a las Subcentrales donde viaje en varias ocasiones lo cual me permitió observar y estar más en contacto con las múltiples necesidades y problemas que enfrentaban los hermanos con empresarios madereros y hacendados ganaderos que cada vez se apropiaban más de nuestros territorios. Posteriormente como consecuencia de la renuncia de la Pdta. de la CMIB en el año 1996 el 2 de febrero en una quinta Reunión Consultiva de los Pueblos Indígenas del Beni me eligieron Pdta. de la CMIB cargo que vengo desarrollando hasta la fecha con el apoyo de mi familia.
Al nombrarme para este cargo mi vida cambio pues el ser presidenta de una Organización representativa de todo un departamento con múltiples problemas por el Territorio por los derechos de la mujer y otros, es entregarse por entero al “movimiento indígena que uno representa, para mi persona ser dirigente de los pueblos indígenas ha sido una enorme experiencia, por cuanto en las luchas políticas frente al gobierno se gana experiencia, se aprende y en definitiva se forma como persona y como líder de una organización
Como Presidente de la CMIB e entrado en contacto con diferente instituciones y organizaciones de apoyo a los pueblos indígenas y otros buscando la colaboración más que todo para las mujeres y familia, así mismo formamos parte del Directorio de proyectos (decenio de los pueblos indígenas, Proyecto de Desarrollo Sostenible de los Pueblos Indiges del Beni PRODESIB)
Ser dirigente me animó a ingresar al escenario de la lucha indígena para reivindicar los derechos ancestrales de los pueblos y comunidades indígenas marginados por las instancias estatales; promoviendo reuniones, eventos con el gobiernos en conjunto con todas las organizaciones indígenas. Es asi que al no obtener una respuesta positiva del gobierno en la aprobación de la ley INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria) Protagonizamos la marcha del 15 de agosto de 1.996, de pueblos originarios, campesinos y cocaleros y la Confederación del oriente Chaco, Amazonia del Oriente (CIDOB) hacia la ciudad de La Paz, denominada marcha “POR EL TERRITORIO Y LA DIGNIDAD”, La dura marcha a través del trópico, valles y altiplano de Bolivia duro 3 meses en el transcurso de los cuales participe en las negociaciones con el gobierno sintiendo un gran compromiso hacia los hermanos que me impulsaba a seguir trabajando y luchando por defender nuestros derechos, y más aun al ver que niños, ancianos, mujeres embarazadas marchaban estoicamente sin importarles el sacrificio.
En las negociaciones no nos querían tomar en cuenta muchas veces el gobierno nos pidió que las mujeres abandonemos la marcha, lo cual nosotros no aceptamos ya que sentíamos obligación de reclamar nuestros territorios. En el transcurso de la marcha me sentía impotente al ver que no se avanzaba en las negociaciones y que siempre nos mentían dando muchas vueltas, lo cual fortaleció mi carácter y me impulso a seguir luchando y superándome para poder ayudar y hacer algo positivo por mi pueblo.
Una aspecto que hay que resaltar es que al inicio de la marcha como representante de las mujeres no nos dieron gran cobertura en las negociaciones por nuestra falta de preparación en el conocimiento de la ley y de los pocos aportes que podíamos hacer al respecto, pero en el transcurso de las negociaciones fuimos aprendiendo y al final de la marcha jugamos un papel muy importante en las negociaciones.
Ser dirigente mujer es muy difícil pues además se tiene que enfrentar con el rechazo, desconfianza por parte de los hombres de nuestras mismas organizaciones, quienes muchas veces han obstaculizado mi labor, pero al mismo tiempo es una gran ventaja el ser mujer pues actualmente las instituciones dan mucho apoyo a las mujeres para lograr un desarrollo equitativo de nuestros pueblos.
Con la experiencia vivida como representante de una organización de mujeres, he tenido tropiezos como todo dirigente, puesto que no es fácil dar contento a todas las personas, existen algunos que lo elogian por la labor desplegada y otros que buscan siempre los errores para desprestigiarlo; pese a ello no he declinado los esfuerzos, siempre estuve y sigo estando al frente del movimiento indígena para defender los intereses de los pueblos y no fallarles en la confianza que depositaron en mi persona.
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Central de Mujeres Indígenas del Beni (CMIB)
Trinidad-Beni -Bolivia