Rufina E. VillaHONDURAS__________________ |
Mi nombre es Rufina E. Villa , nací el 26 de agosto de 1955, fuí la segunda hija de familia,mis padres fueron de condición muy humilde, pero muy trabajadores, mi papá desde muy pequeño tuvo que valerse por sí mismo, aprendió a cultivar la tierra y a los 15 años aprendió a trabajar como albañil, esa fué su ocupación principal durante toda su vida. Mi mamá empezó a trabajar desde los 14 años y aprendió a defenderse de los acosos y peligros a los que estaba expuesta, fué siempre muy hacendosa y ordenada y en ocasiones muy dura en sus castigos, desde pequeñitas, nos enseño a mi hermana y a mí a ser responsables y trabajadoras, a los siete años ya cociamos nuestra ropa que ella misma nos cortaba, cuidaba que siempre anduvieramos muy limpias y bien peinadas, de pequeña yo fui más saludable que mi hermana y por mis travesuras muchas veces fuí castigada, por mi mamá. La relación con mi papá era muy buena, el siempre fué muy cariñoso con nosotras , cuando mi mamá se enfermaba, el nos cuidaba y atendía a mi mamá, ella se enfermaba mucho y yo me sentía triste , cu{ando mi mamá salía al pueblo a hacer las compras con mi hermana, yo me quedaba con mi papá y jugaba con el, también me llevaba los domingos a misa de cinco de la mañana y a veces lo acompañaba al monte a traer leña, con el aprendí a hacer mis primeras letras y a los siete años empece a ir a la escuela, yo ya sabía hacer las cinco vocales, me gustaba mucho estudiar y ayudar a mis compañeros que no podían hacer su tárea, siempre defendía a mis compañeras cuando algún niño las ofendía o maltrataba porqué eran indígenas y no se podían defender, desde el principio me gusto participar en bailables y declamaciones los días festivos y dos veces fuí la abanderada de la escolta (en primero y sexto grado de primaria), llegué a faltar de uno a tres días al año por enfermedad, pero aunque hiciera mucho frío o lloviera, me tapaba mi rebocito y me iba a la escuela, porqué me sentía muy feliz de estar con mis compañeros y maestros, en más de una ocasión, me fuí sin permiso a otra comunidad a participar en algún bailable y como no teniamos dinero, las maestras me hacían mi ropa de danza y me la prestaban.
Siempre me quedaba un rato a jugar con mis compañeras después de la hora de sálida, aunque cuando llegaba a mi casa mi mamá me regañaba.
Cuándo salí de la escuela me sentí muy triste pues mi mamá no quizo que estudiara la secundaria porque decía que a lo mejor iba yo hacer algoo malo, yo tenía ya 14 años y tampoco teniamos dinero para hacer este gasto, para ayudar a mis papás mi hermana y yo haciamos bordados y los vendiamos a veces ibamos a traer leña y en tiempo de cosecha de café mi papá nos llevaba al corte de café , los días sábados iba yo al templo a dar catecismo a los niños más pequeños, tres meses después de haber terminado mi primaria fuí pedida en matrimonio por un joven vecino de mi barrio, al que yop conocía desde mi infancia, pero nunca había tratado, yo me sentí confundida y no sabía que decir, porqué era yo muy timida y me daba verguenza decirle a mis papás que no me queria casar , yo siempre soñe con estudiar y trabajar , mis papás le dijeron al joven que yo no me podía casar porque era muy chica de edad, pero dos meses después volvieron a insistir el y sus familiares y mis papás aceptaron el compromiso, pues mi madre creía que era mejor que yo me casara a darles un dolor de cabeza, siempre que ella se enojaba conmigo me decía que mejor me fuera de la casa y me pegaba con un palo casí siempre, yo me sentía culpable de hacer enojar tanto a mi mamá y a veces sentía que era mejor que me muriera , muchas veces lloraba a solas por ser tan mala y quería irme lejos de mi casa, cuando venía la tempestad o llovía mucho yo me sentía triste y angustiada, sentía mucho miedo, yo creo que me sentía así porque desde pequeña me sentía mal cuando mis papás discutían , yo sufría mucho porque mi papá tomaba alcohol, mi mamá enfermo de los nervios y la vescicula a causa de tantos disgustos, yo estuve trabajando en una tienda de mi comunidad durante 4 meses, con ese dinero compre un radio porqué ni siquiera teniamos uno para escuchar música, cuando me empezaron a pedir, la familia del muchacho, ya no quiso que siguiera yo trabajando, el me iba a visitar todos los domingos y me llevaba algún regalo, yo no lo quería ver pero no decía nada, muchas veces me arrepentí pero sentía pena por él y además tenía la esperanza de que en mi matrimonio nos llevariamos bien con mi esposo, yo no le conocía su caracter y creía que iba a ser muy comprensivo, pues el es indígena, el era muy serio y hablaba poco. Por fín se fijo la fecha para casarnos y cuando yo iba a cumplir 16 años me casé con aquel joven mayor que yo 7 años,acababa de morir su papá y su mamá vivía con él , se hizo la fiesta tradicional del casamiento y me fuí avivir con mi marido y mi suegra, a los pocos días empezamos a tener problemas mi marido se enojaba por cualquier cosa, me regañaba y ofendía, tanto él como mi suegra, no querían que yo fuera a visitar a mis padres y cuando iba a los mandados y pasaba a platicar con ellos, mi marido se enojaba mucho y tampoco quería quería que mi familia me visitara porqué decian que me iban a malaconsejar, cuando mi suegra y mi esposo se iban a la pizca de maíz o al corte de café, yo me quedaba sola y no podía platicar más que con su familia , me sentí aislada, me costo un poco adaptarme a las costumbres de mi nueva familia pero con esfuerzo aprendí a moler el maíz en el metate y en la cosecha a levantarme a las tres o cuatro de la madrugada para hacer el almuerzo y los tacos de mi marido, casí luego de haberme casado me embarace y me sentí feliz porque ya no iba a estar sola , siempre pensé en tener un hijo cuidarlo y quererlo mucho y aunque no sabía como era un parto no me daba miedo, mi primer hijo fué varón y a la familia le dió mucho gusto pero yo sentí que mi marido no quería a su hijo pués cuando lloraba siempre se enojaba, y el niño era muy llorón, yo no tuve atención médica más que de una partera, tuvimos muchas carencias hasta llegamos a pedir dinero prestado para comprar el maíz o los frijoles, y aunque yo le decía a mi marido desde el principio que me dejará hacer mis bordados para ayudarnos, el no quería pues decía que era verguenza, que la gente iba a hablar, yo no salía a pasear con mi marido pues desde los tres meses de mi primer embarazo, yo creo que le dió pena que lo vieran andar conmigo, siempre me mandaba con su mamá a la plaza, a veces los hombres me molestaban, mi suegra le contaba a mi marido y el se enojaba conmigo, tuve dos hijos más, y empeoró la situación económica, entonces volví a insistir con mi marido para que me permitiera trabajar a pesar de lo que dijera la gente, como no había otra sálida el acepto y entonces en mis ratos libres, después de hacer el almuerzo y lavar la ropa yo me dedicaba a bordar camisas de una señora que me pagaba muy barato, para ganar un poquito más bordaba en las noches a veces hasta muy tarde, yo no podía coser a máquina, pero una vecina me permitió aprender en su máquina y durante más de tres años trabaje para ella , yo me cansaba mucho, pero quería que a mis hijos no les faltará lo más indispensable.
Un día llegaron a la comunidad unos jovenes estudiantes que venian de una Universidad de México, nos invitaron a formar un grupo de artesanas, yo estuve en esa reunión pero ya no supe que pasó, hasta que me fueron a invitar dos vecinas de la comunidad para entrar al grupo que ya habían formado , yo platique con mi esposo y lo convencí de dejarme participar porqué había un pedido de bordados en el que yo podía ayudar al grupo, yo tuve una buena experiencia pues por primera vez pude hacer mis prendas y venderlas directamente a través del grupo a un buen precio, empece a participar en todas las reuniones y talleres de capacitación, a veces mi esposo se enojaba porque los talleres eran de dos o tre días y yo no podía atenderlo al medio día para darle de comer, yo me llevaba mi costura y durante las reuniones bordaba para no perder el tiempo, a los pocos meses de ingresar en el grupo de mujeres me propusieron como tesorera del comite y participaba en las reuniones regionales con los señores de la cooperativa”Tosepan”, donde formamos una comisión de artesanas, yo apoyaba al comite yendo a visitar a otras comunidades para pagarles sus prendas a las socias, pues para entonces ya eramos cinco grupos de mujeres, a pesar de que muchas veces tenía yo problemas para salir por el quehacer de la casa y por las criticas de la comunidad, nunca deje de participar pues además de vender mis prendas teniamos cursos de corte y confección y aprendí un póquito de contabilidad sencilla para llevar el control del dinero. Por primera vez salí fuera de mi comunidad conocí la ciudad, iba aprendiendo cosas nuevas, conociendo a otras personas, me gustaban los talleres dónde reflexionabamos nuestra situación como mujeres pobres e indígenas,analizabamos nuestras necesidades y problemas y con apoyo de nuestras asesoras, empezamos a hacer proyectos, nos capacitamos en nuevos diseños de artesanía, mejorando la calidad de nuestras prendas, empecé a organizar mejor mi tiempo para cumplir con las obligaciones que iba adquiriendo y aunque al principio tanto mi suegra como mi esposo veian mal que yo saliera de la casa y más que fuera sola a la ciudad, y llegara a tener serios disgustos, cuando a mi esposo se le pasaba el coraje volvía a insistir para convencerlo y pedirle que no desconfiara de mí , en 1989 fuí nombrada representante regional de la organización de mujeres, yo siempre pedía permiso a mi esposo para aceptar cualquier compromiso serio, pues esa es la costumbre, y esta vez así lo hice, sobre todo porque los comisionados de la cooperativa a la cual perteneciamos eran hombres y era mal visto que una mujer tuviera cualquier relación con los señores, afortunadamente mi esposo me dijo que yo decidiera si aceptaba o no, me dió mucho gusto que mi esposo me dejara decidir y aunque con miedo a mi nueva responsabilidad, empece a realizar mis actividades que eran: acopios y ventas de artesanías, compra y venta de materia prima, elaboración de informes de actividades y financieros, y reuniones comunitarias, entre otras.
Como no teníamos suficientes recursos, solo teniamos asesoría, una semana al mes y en ese lapso de tiempo haciamos la planeación y programación de actividades y capacitaciones, durante mi período de trabajo regional viví varias experiencias, tuve una hija, la cuál fué mi compañera de viajes y de trabajo diario, nunca me separé de ella, llegué a quedarme a pasar la noche en una terminal de camiones junto con ella, sufrí mucho, pero me sentía satisfecha de poder ser util a mi organización y a mis compañeras, casí al final del período nos separamos de la cooperativa “Tosepan” porqué nuestras ideas no coincidían, nosotras necesitabamos un espacio propio dónde pudieramos tomar nuestras decisiones y que estas fueran respetadas, como no nos pudimos poner de acuerdo y después de grandes problemas nos separamos, al final de dos años de trabajo regional volví a tomar la responsabilidad de secretaria del comite de mi comunidad, el grupo obtuvo dos proyectos: uno de tortillería y uno de granja comunitaria de aves de postura del cuál también me nombraron responsable, en la tortillería les apoyaba cuando me tocaba el turno, además apoyaba con la elaboración de los informes contables, esta responsabilidad fué durante dos años, yo casí no podía hacer mis bordados pues ya no tenía tiempo por lo que pase algunas privaciones, pero me sentía bien de apoyar a mis compañeras, además me gustaba haber cambiado mi ritmo de vida, ya mno era solo cuidar niños y hacer la comida, me sentía más libre pues ya no tenía que pedir permiso para salir de la casa, yo ya conocía algunos de mis derechos, a mediados de 1994 tuve la oportunidad de capacitarme como promotora de salud en la cd. de México con otras compañeras de otros estados, el curso duró un año y aprendí cosas muy importantes a raíz de esta capacitación yo empece a apoyar a mi comunidad como promotora de salud, en nutrición con niños menores de 5 años, pues debía empezar a aplicar lo aprendido, esta actividad la realizo hasta la fecha , ese mismo año el grupo de mujeres de mi comunidad volvió a proponerme responsable del área de bienestar social y otra vez fuí miembro del consejo regional de mujeres, apoyando al grupo como promotora de salud y derechos humanos, haciendo promoción de huertos familiares y canalizando solicitudes de las socias para créditos de mejoramiento a la vivienda y realizando talleres comunitarios, en ese período participé en capacitaciones de dirigentas con las compañeras de Comaletzin, en reuniones y encuentros nacionales de mujeres indígenas, además en un seminario de “Legislación y Mujer” dónde analizamos las leyes y si estas nos favorecen o no, también me capacité en derechos humanos para poder dar mis talleres comunitarios.
Además de dar talleres en mi grupo, mis compañeras del consejo me pidieron que las apoyara en algunas comunidades en sus talleres, integrandome de tiempo completo a mi trabajo en la organización, al termino de este período la asamblea general de la organización decidió que junto con otras dos compañeras del consejo anterior siguieramos apoyando al nuevo consejo, quedando así otra vez como parte del mismo.
En niviembre de 1996 y como culminación del seminario de “Legislación y Mujer” se formó una comisión de seguimiento para realizar reuniones mensuales en México, fuí propuesta para formar parte de esta comisión . En Agosto de este año (1997), esta comisión organizó y realizamos el !er Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas, para mi esta es una experiencia muy bonita, al ver reunidas a tantas mujeres de diferentes regiones del país, fuimos más de 700, me gusto mucho la participación de una comisión de mujeres zapatistas con la comandante Ramona que nos llevaron un mensaje de lucha por los derechos de nuestros pueblos indigenas. Siento que a lo largo de mi participación en la organización he aprendido muchas cosas que antes no sabía y que me ayudan en mi vida diaria, he conocido mis derechos y he aprendido a defenderlos, ahora a mis hijos les doy una educación diferente, hay más comunicación enbtre nosotros, mis hijoe e hijas son más afectivos conmigo y con los demás, me tienen más confianza, he logrado que mi esposo respete mis decisiones y me apoye, y reapete también las decisiones de mis hijos, tengo 8 hijos de los cuales solo dos se quedaron con primaria, dos están haciendo su preparatoria y una niña de 14 que esta por terminar su secundaria , aunque al principio mi esposo se oponía a que estudiara porque decía que solo iba ir a buscar novio, pero mi hija tuvo el valor de defender su derecho a estudiar y yo la apoyé, al igual que sus otros hermanos, ahora mi esposo esta contento, mis hijos pequeños también estudian, me siento satisfecha porque con mi trabajo he impulsado a mi familia, ya no siento el vacio que antes sentía en mi corazón, pues trabajo en lo que me gusta y tengo una familia a la que quiero, de la organización he recibido varios beneficios, he logrado mejorar mi vivienda, tengo una cerda de cría de un proyecto de la sociedad , he aprendido a elaborar mi composta y hacer hortalizas, creo que todo lo que he conocido me va ha ayudar en el futuro y me siento bien, pues como mujer he logrado, un poco, desarrollar mis capacidades, en la comunidad me respetan y ya no ven mal que yo salga de mi casa, mi suegra aunque muy ancianita sigue viviendo con nosotros y ya no se enoja cuando voy a la ciudad, mi esposo está consiente que mi organización es muy valiosa y me apoya cuando se requiere dar faenas, en la comunidad me han propuesto para regidora, pero no he aceptado por mi responsabilidad en la organización, estoy dispuesta ha seguir apoyando a la organización, siempre que me necesite, pues todo lo que he logrado es gracias ha ella y también a las asesoras que hemos tenido, mis compañeras como del grupo como de otras comunidades, siempre me han respetado y querido, yo también las quiero mucho porque para mí todas son mis hermanas y seguiré luchando con ellas y apoyandolas para resolver las muchas necesidades que tenemos, también quiero seguir aprendiendo cosas, la organización ha sido siempre para mí una escuela, me ha dado muchas enseñanzas que me sirven para mí, mi familia y mi comunidad. Soy una dirigenta de mi grupo, organización y comunidad y mi mayor satisfacción es poder servir y apoyar, creo que me falta mucho para hacer una buena dirigenta, pues tengo muchas limitaciones, pero mi interés es seguirme superando a través de capacitaciones.
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